El secreto para lograr parámetros de eficiencia en las pulverizaciones pasa por cumplir con protocolos de seguridad y mantenimiento. En esto, aplicar un diagnóstico a las máquinas pulverizadoras es un procedimiento básico.
Verificar las condiciones de un equipo en busca de mayor rendimiento, se constata al cumplir con parámetros evaluables; que comprueben la conservación en óptimas condiciones del equipo, identifique fallas de calibración o el deterioro en alguno de sus componentes.
Aunque a muchos agricultores suelen saltarse este procedimiento, su omisión puede afectar severamente la calidad de la pulverización. Para ayudarte a realizarlo a continuación te dejamos los 6 principales parámetros a evaluar durante el diagnóstico de maquinaria pulverizadora.
El diagnóstico de fugas detecta problemas del equipo pulverizador. Para ello realizá una prueba con agua al 75% de la capacidad del tanque. Encendé el equipo y con este simulacro a la presión planificada sabrás el estado de las partes:
[Tweet “El diagnóstico de fugas permite evaluar el equipo de pulverización hidráulico, corregir desajustes o daños para optimizar su desempeño.”]
Vale reseñar que en esta fase visualizás el circuito hidráulico del pulverizador. Además, podés evaluar el correcto flujo del líquido y la actividad del sistema antigoteo.
El siguiente paso corresponde a realizar el diagnóstico de las boquillas y pastillas, con el fin de garantizar:
Tené presente que las boquillas seleccionadas tendrán que responder a las especificaciones de los cálculos realizados para la campaña. Las normas internacionales ISO/DIS 10625 orientan en tal sentido.
Para la evaluación del rendimiento de las boquillas, podés realizarla recolectando con vasos el agua que éstas arrojan por unidad de tiempo. Así registrás la cantidad de agua recogida en cada vaso y las variaciones en el gasto de cada boquilla.
[Tweet “El Diagnóstico de las boquillas seleccionadas permite conocer si responden a las exigencias de la campaña planificada.”]
En este paso se descartan y reemplazan las boquillas obstruidas o dañadas.
Respecto a las pastillas, dependiendo del modelo se tendrá: el caudal (litros/minuto), el espectro de gotas y la distribución de gotas. Una obstrucción puede cambiar estos parámetros y afectar directamente el efecto del producto aplicado.
El diagnóstico de las pastillas permite evaluar el desempeño de la pieza más sensible para conocer la calidad de la pulverización. Se realiza para detectar el taponado producido por residuos de labores anteriores.
Para realizar este proceso debes desarmar la boquilla, extraer la pastilla verificando cualquier obstrucción. De conseguir alguna procedes a hacer la limpieza y a armar nuevamente la boquilla.

¿Cómo mejorar la eficiencia en la descarga planeada para atender el área a pulverizar? La correlación entre el volumen estimado y la calidad de la gota deseada dependen del diagnóstico de caudal y presión.
Para la calibración el equipo se requiere:
Luego, se realiza el test de campo con el equipo cargado con agua a un cuarto de capacidad del tanque:

Uno de los aspectos a tomar en cuenta en el diagnóstico es el mantenimiento de los parámetros en la pulverización. En este sentido, la presencia de partículas sólidas puede obstruir las boquillas y afectar negativamente la dispersión prevista.
Los filtros, de malla metálica con orificios de menor tamaño que el de la boquilla utilizada, capturan y eliminan esas impurezas. Así se evitan obstrucciones totales o parciales.
El sistema de filtros comprende:
Tu deber es varificar la adecuada provisión y disposición de los filtros a lo largo del sistema.
El diagnóstico del botalón constituye el paso previo para la calibración final del equipo. Dispuestas las boquillas, debés garantizar la cobertura del área. El abanico de líquido aplicado por estas debe sobreponerse adecuadamente.
La relación entre el ancho del botalón y la distancia entre las boquillas determina la efectividad del trabajo. Así, debe ajustarse su disposición para ganar en términos de uniformidad en la cobertura de las pulverizaciones.
La forma adecuada de evaluación del proceso se realiza con una simulación asistida con tarjetas hidrosensibles. Este recurso permite determinar el número de impactos de gota por centímetro cuadrado.
De esta evaluación también se determina si hay necesidad de ajustar la altura de la barra de pulverización. La altura inadecuada por exceso o defecto de la misma causa aumento de deriva o pérdida de producto por traslape del líquido respectivamente.
Vale acotar que para una boquilla con un ángulo de 110º se recomienda ajustar la altura de la barra de 50 a 60 centímetros sobre el cultivo. Las boquillas con uno de 80º se estima que esta altura debe oscilar entre 70 y 90 centímetros.
[Tweet “El diagnóstico de la barra de pulverización puede optimizarse con una simulación asistida con tarjetas hidrosensibles.”]
Queda entendido que, una vez culminada la pulverización, debe hacerse la limpieza de los componentes del equipo. Tal práctica se mira directamente con los diagnósticos de las futuras labores para lograr parámetros de optimización.
El productor debe aprovisionarse con los implementos e insumos necesarios para realizar los diagnósticos necesarios. De esta forma, podrá aplicar los ajustes pertinentes in situ.
Como ves, los diagnósticos constituyen un sistema donde los unos permiten integrarse con los otros para lograr mejores pulverizaciones.
Un seguimiento estricto de los protocolos propuestos de diagnóstico representa una ganancia en eficiencia y efectividad en la labor. Por otra parte, prolonga la vida útil de los equipos y componentes.
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