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Las malezas son las principales reductoras del rendimiento de tus cultivos. Con la aparición de los herbicidas y de nuevos principios activos logramos hacer un excelente control a bajo costo. 

Pero las malezas evolucionaron, volviéndose resistentes a los herbicidas más utilizados y luego también a las nuevas formulaciones. Esto implica un gran cambio en el manejo al que estás acostumbrado. Requiere tener en cuenta varios puntos para no fallar y perder rendimiento.

Índice

Maleza resistente: ¿cómo potenciar el efecto de los herbicidas para combatirla? 

Los herbicidas siguen siendo la principal arma de control con la que contás  como productor. Pero hay formas de mejorar su eficacia ante la aparición de malezas resistentes.

Una de ellas es cambiar por herbicidas más efectivos. Insistir con herbicidas para los que se generó resistencia es inútil. No es recomendable aumentar su dosis ya que solo te implicará una pérdida de dinero adicional. 

Otra recomendación es que apliques los herbicidas para  el tamaño óptimo de la maleza y con buenas condiciones ambientales. Esto muchas veces no es considerado de manera suficiente y constituye una de las principales limitantes para el control adecuado.

Las malezas suelen ser más difíciles cuando están pasadas de tamaño o cuando se encuentran bajo estrés hídrico.

Los herbicidas que reemplazan al glifosato suelen ingresar de manera más lenta  a la planta y tienen menos movilidad dentro de la misma (menor translocación). Por lo que resulta indispensable el uso de adyuvantes específicos que ayuden en estas deficiencias. 

Los herbicidas llamados “quemantes”, en reemplazo del glifosato, son populares en su uso. Para que logres buenos controles necesitás hacer una aplicación de excelente calidad.

Si deseas saber qué tipo de aditivo es ideal para tu campo, te invitamos a seguir el siguiente enlace

Los herbicidas y el aumento de casos de malezas resistentes 

En Argentina el número de malezas resistentes se incrementó marcadamente en los últimos años, pasando de 4 en 2010 a 39 en la actualidad. Estos 39 casos corresponden a 21 especies de malezas diferentes. 

A su vez, ya hay resistencia a 4 tipos de herbicidas muy utilizados: glifosato, inhibidores de ALS (como imazetapir, clorimuron, diclosulam, etc), graminicidas ACCasa (como haloxifop, cletodim, etc.) y hormonales (como 2,4D, dicamba, etc.)

La generación de resistencia es un proceso natural de selección. ¿Cómo ocurre? En la población natural de malezas de tu campo hay plantas que son resistente a algún herbicida. Entre tanta cantidad alguna naturalmente puede escapar.

Si usás siempre el mismo herbicida esta planta va a poder crecer y dejar semillas que nacerán resistentes en la próxima campaña.

Por esto, la principal recomendación anti-resistencia es que mezcles y rotes herbicidas. De esta forma, si la maleza tiene resistencia a alguno de ellos, será controlada por otro y no dejará semillas para la próxima campaña.

Las malezas resistentes y sus efectos sobre los cultivos 

Las pérdidas de rendimiento varían entre un 30 y un 90%, pudiendo llegar a ser mayores en cultivos hortícolas. 

Las malezas resistentes tienen diferentes efectos sobre los cultivos. El principal es la competencia que hacen sobre tu cultivo por agua, luz y nutrientes. Por esta razón, tienen su principal efecto durante las etapas iniciales del cultivo, allí es cuando más rendimiento se pierde.

No todas las malezas son iguales en cuanto a su competencia. Algunas tienen un crecimiento tan rápido, mayor al del cultivo, que terminan por “ahogarlo”. Otras no son tan rápidas pero toleran el sombreado, lo que les permite seguir vivas aún debajo del cultivo.

Existe otro tipo de pérdida que no tiene que ver con la competencia sobre el cultivo, pero que es también de importancia. Se trata de la dificultad para la cosecha.

Aquellas malezas de gran porte que llegan a las etapas finales del cultivo generan problemas a la hora de tu cosecha, como: 

  • Aumento de la humedad del grano. 
  • Descuentos por impureza.
  • Dificultad para el correcto trabajo de la máquina cosechadora.
uso de herbicidas y control de malezas resistentes
Photo by Pixabay on Pexels. Licencia CC0.

Rama negra: el principal enemigo a combatir 

La Rama negra (Conyza spp.), resistente al glifosato, es la maleza resistente más difundida en Argentina. Está presente en casi la totalidad de los lotes agrícolas del país, según un reciente relevamiento de la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid

Desde el primero de estos relevamientos, en el año 2013, se ubica en el primer puesto. Pero para Rama negra, en el último año, se determinó también resistencia a los herbicidas inhibidores de ALS. Un grupo muy utilizado y efectivo para esta maleza, dentro de los cuales se encuentran el clorimuron, metsulfuron, diclosulam, por ejemplo. 

Afortunadamente la zona de dispersión aún no es tan amplia, ubicándose en el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires. Pero sabemos que la semilla de esta maleza vuela a cientos de kilómetros, por lo que no sería raro que se disperse rápidamente en las próximas campañas.

Esta nueva resistencia hace que tengas que estar muy atento a la situación de cada uno de tus lotes. Te recomendamos tener en cuenta lo siguiente: 

  • Monitorear frecuentemente la presencia de estas especies. 
  • Hacer las aplicaciones de herbicidas con malezas chicas (cuando posean aproximadamente entre 10 y 15 cm de longitud)
  • Tratar de utilizar mezclas de diferentes herbicidas.
  • Chequear los controles luego de las aplicaciones.
  • No sembrar cultivos con plantas vivas de Rama negra, que luego serán imposibles de controlar.
  • Informar escapes por posible resistencia.

uso de herbicidas y control de rama negra
Imagen de skeeze en Pixabay  Licencia CC0.

Conclusión

Las malezas resistentes son un problema en crecimiento para tus campos. Para poder manejarlas correctamente necesitás estar muy cerca de cada lote. Es importante contar con el asesoramiento adecuado que te ayude manejar cada situación para ser efectivos en los controles.

Manejar las malezas solo con herbicidas te será  cada vez más difícil. Por lo que hay que sumar todas las herramientas complementarias posibles, como: los cultivos de cobertura, la rotación de cultivos, el menor distanciamiento entres surcos, etc.

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