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Actualmente se cree que la producción orgánica difiere de la producción convencional por el no uso de fitosanitarios o agroquímicos.

Este desconocimiento crea la idea de que un sistema productivo es mejor que otro y que sus productos son mejores para la salud humana.

Por este motivo se deben especificar las bases y fundamentos que diferencian uno de otro. Así se evitarán errores a la hora de elegir entre una u otra actividad. También errores al momento de escoger entre un producto orgánico u otro que no es comercializado como tal.

Índice

¿Qué es la agricultura orgánica?

La agricultura orgánica es un sistema de producción basado en mejorar la salud del ecosistema agrícola. Hace foco en su biodiversidad, en los ciclos biológicos y en la actividad biológica del suelo.

Para lograr sus objetivos, prioriza la utilización de métodos culturales, biológicos y mecánicos adaptados a cada ecosistema. Evita, además, utilizar factores externos, como por ejemplo: materiales genéticamente modificados, fertilizantes y plaguicidas sintéticos, entre otros.

Su implementación está regulada según normas vigentes del país, dependientes de empresas certificadoras o entes oficiales autorizados por SENASA. Estos sistemas de control fijan ciertas pautas para la “producción, manipulación, transformación y comercialización”.

En Argentina existe la ley Nacional de producción Orgánica Nº 25127. Su objetivo es permitir la clara identificación de los productos orgánicos por parte de los consumidores.

Además, ésta ley regula todos los procesos que involucran la producción, tipificación, elaboración, acondicionamiento, identificación, distribución, comercialización, entre otros.

¿La agricultura orgánica utiliza fitosanitarios? 

la agricultura orgánica y convencional
Photo by John Lambeth from Pexels Licencia CC0.

Sí, la agricultura orgánica utiliza fitosanitarios. Pero los mismos deben estar autorizados por entes reguladores de la actividad como el SENASA.

En nuestro país, a través de la resolución SENASA 423/92, se dispone de una lista de productos autorizados.

Ahora, para evitarnos confusiones entre la agricultura orgánica y la convencional, es importante aclarar la definición de fitosanitario.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una “sustancia o mezcla de sustancias que están destinadas a la prevención y control de plagas, enfermedades y malezas”. 

Hay fitosanitarios de origen natural o producto de síntesis química. Las de origen natural corresponden a aquellos derivados de bacterias, minerales o plantas.

Esta particularidad no significa que no existan productos naturales de alta toxicidad y que su uso esté prohibido en varios países.

De hecho, en la agricultura orgánica es muy común el uso de fertilizantes de origen natural, como estiércol de animal o cama de pollo. Productos de alto riesgo de toxicidad por la transmisión de bacterias (Ej: Escherichia coli) que afectan a la salud humana.

Diferencias entre la agricultura orgánica y la tradicional

Erróneamente, cuando diferenciamos entre agricultura orgánica y convencional pensamos que, lo principal, es la utilización o no de plaguicidas. No es así, ya que en ambas formas de producción se utilizan.

La verdadera distinción radica en el tipo de plaguicida que se usa para cada caso. 

En el caso de la agricultura convencional, se permite la combinación y uso de varias sustancias sin importar si son naturales, sintéticas o una mezcla. Pero solo mientras posean registro en un ente de control que verifique las características, recomendaciones de usos y dosificaciones de esos productos.

Por su parte, los agricultores orgánicos pueden hacer uso de sustancias de origen natural y sintéticas. Siempre que estén registrados y aprobados en las normativas de producción orgánica.

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Podemos encontrar productos de uso común en una u otra forma de producción y en ambos casos es aceptable. Solo deben encontrarse autorizados por los organismos competentes.

Otra característica que las diferencia es la dosis necesaria para lograr los mismos resultados.

Es común que con el uso de sustancias químicas convencionales una sóla aplicación sea suficiente. Mientras que, con el uso de sustancias naturales, necesitamos 2 o 3 para lograr el mismo objetivo. Por lo que las producciones orgánicas son menos eficientes.

De todas maneras, ya sea uno u otro sistema, debemos tener en cuenta los umbrales de control de insectos, enfermedades y malezas. Así se evitará caer en el uso deficiente de los mismos.

Otro factor que distingue a estas dos formas de agricultura es el uso de herramientas. Con la producción convencional se utilizan todas las herramientas y tecnologías disponibles, produciendo más en menor superficie, siendo más eficiente para el medio ambiente.

Por último, en cuanto a costos y ganancias, los sistemas convencionales son más costosos. En ellos se necesitan mayor cantidad de insumos externos, a diferencia de la producción orgánica que se sustenta por sí sola.

Sin embargo, en la producción convencional se obtienen mayores ganancias en el corto plazo. En función de que el sistema orgánico necesita varios años de producción orgánica para poder lograr la certificación correspondiente y posterior comercialización de los productos.

Límites permitidos de fitosanitarios

Cada país tiene establecidas normas sobre la tolerancia de fitosanitarios (plaguicidas, fungicidas, herbicidas, etc) utilizados en productos agrícolas, ya sean de producción orgánica o convencional.

Esos límites son conocidos como LMR (Límite Máximo de Residuos). Todo productor debe tener en cuenta estos valores al momento de comercializar su producción.

En general, los servicios de aduana del país importador se encargan de realizar la verificación de cada producto recibido.

Ventajas de la agricultura orgánica
Photo by Chan Heang  from Pexels Licencia CC0.

Conclusiones

Las diferencias existentes entre la agricultura orgánica y la agricultura convencional, que se presentan como opuestas, tienen su fundamentación en las necesidades y conveniencias del productor.

La elegida debe ser la más conveniente para la realidad del productor y su posibilidad de comercialización, como así su inserción en el mercado.

Tanto una u otra forma de producir debe basarse en un correcto monitoreo, teniendo en cuenta los umbrales establecidos de control. Lo que representa una particular atención a los cultivos y a las labores que se realicen.

Es evidente que la agricultura convencional hace más uso de las tecnologías actuales, acompañada de la ciencia que guía las bases de su desarrollo.

Por su parte, la agricultura orgánica establece el uso de los recursos propios. Generando un ecosistema que le devuelva al suelo los nutrientes propios y mantenga la actividad biológica del mismo.

Es importante hacer hincapié en que un sistema no es mejor que otro. Usan estrategias y herramientas diferentes para las realidades que se presentan. 

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