El fenómeno del Niño condicionará el clima y marcará las estrategias agrícolas en los próximos meses. Atrás quedaron 3 años de sequía por los efectos del fenómeno de La Niña. Ahora corresponde prepararse para este cambio de escenario en el campo.
¿Qué implicaciones tiene para mi cultivo la llegada de este fenómeno climático? ¿Cómo debo prepararme para afrontar los retos del campo en estas circunstancias? Estas son preguntas lógicas que debés estar planteando.
No te preocupes, si tenés dudas sobre los efectos de este cambio, preparamos este artículo para que tengas toda la información relevante sobre el tema. Sigamos adelante.
Cuando hablamos del fenómeno de El Niño, nos referimos a un conjunto de cambios que afectan el clima de forma global. Aunque es un proceso natural, se ve incrementado por el impacto del cambio climático. Veamos qué es El Niño.
Al producirse un calentamiento superior a lo normal de las aguas superficiales del Océano Pacífico Ecuatorial Central y Oriental, entonces deviene El Niño. Este componente oceánico tiene relación con uno atmosférico: la Oscilación del Sur (ENOS).
El fenómeno del Niño implica cambios extremos del clima que deben ser tomados en cuenta para la actividad agrícola.
Ahora bien, te preguntarás cómo un fenómeno en el océano y tan lejos puede afectar el clima. El problema es que este incremento de la temperatura de la superficie del agua afecta la atmósfera, y ésta es un sistema global.
En términos concretos, este fenómeno se traduce en:
Dicho en términos sencillos, se producen cambios extremos en el clima, los cuales no pueden ser ignorados en la agricultura.
La complejidad del fenómeno del Niño, como hemos mencionado ya, afecta las condiciones climáticas globales, regionales y nacionales. Ello se deriva de los cambios meteorológicos.
La primera característica es que el fenómeno del Niño tiene efectos a nivel global pero de forma diferenciada. Aunque en general produce lluvias, en algunas zonas puede causar sequías, tal como es el caso de Australia e Indonesia, por ejemplo.
Este fenómeno está asociado a las tormentas, tornados, inundaciones y huracanes en el centro y este del océano Pacífico. Ello sucede durante el verano boreal, cuando está la estación fría en el hemisferio sur y seca en el hemisferio norte.
En Sudamérica aumentan las precipitaciones intensas con periodos de alta humedad y de baja presión atmosférica.
Para el caso de Argentina se manifiesta con las siguientes características:
Dos características que debés tener presentes son:
Por el momento, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) considera que la intensidad y duración del fenómeno no es predecible. Vale acotar también que estas dimensiones son variables entre uno y otro fenómeno.
Por ejemplo, el anterior fenómeno de El Niño que sucedió fue considerado bajo, mientras que el anterior (2014 y 2016) se consideró intenso.
Lo primero que debés tener presente es que el fenómeno de La Niña, el cual marcó la sequía de los 3 últimos años, ya terminó. Esta condición fue anunciada por la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, siglas en inglés).
Ahora bien, es normal que tengas expectativas sobre la llegada de las lluvias. Sin embargo, tal como mencionamos anteriormente, estos cambios son imprevisibles, aunque se bocetan algunos pronósticos:
Se espera que las precipitaciones de abril, mayo y junio sean normales o un poco superiores a lo normal. Esto afectaría las provincias del norte y noroeste del país, La Pampa y buena parte de Buenos Aires, oeste de Santa Fe, este de San Luis y Córdoba.
En el caso de las provincias de Misiones, Corrientes, este de Chaco y de Formosa, San Juan, Mendoza y en el centro y el norte de la Patagonia se presentarán lluvias normales.
Los registros de la temperatura en la región del noroeste, Cuyo, Córdoba, centro-sur de Santa Fe y Entre Ríos será superior a la normal. Mientras que el norte del Litoral, Buenos Aires y La Pampa presentarán cotas normal o superiores a la normal.
Las condiciones neutrales actuales del fenómeno hacen que los cambios todavía no se manifiesten de forma significativa. Este aspecto retrasa la recuperación del agua necesaria para la producción óptima.
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La recuperación de humedad en los suelos por causa de las precipitaciones llegará a niveles significativos en septiembre, según estimaciones de la Bolsa de Cereales.
Los efectos del fenómeno del Niño se materializará en la recuperación de la humedad en los suelos, después de 3 años de sequía.
Según las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, la cosecha de soja de Argentina 2022/23 alcanzaría la cifra de 21,5 MTn. Ello implica una producción inferior a los 23 millones estimados previamente.
En lo referente al maíz, esta entidad mantiene sus previsiones de una producción de 32 millones de toneladas.
Por su parte, la Bolsa de Cereales, considera que la siembra de trigo para la temporada 2023/24 abarcará un área de 6,7 millones de hectáreas. Recordemos que la campaña previa fue de 6,1 millones.
En resumen, podemos dar por terminada la sequía producida por La Niña y el comienzo de la acción del fenómeno del Niño. Este proceso de cambio será gradual y aumentará su impacto en las lluvias a partir de septiembre.
En este escenario, los expertos de AgroSpray podemos acompañarte para implementar una agricultura sostenible. Te brindamos los mejores servicios integrales con los mejores equipos, productos y tecnología.
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