La fertilización mineral constituye una buena práctica agrícola que aumenta la producción en términos de mayor cantidad y mejor calidad. Responde a la necesidad de mantener los nutrientes del suelo ante la explotación intensiva.
Las exigencias de productividad del campo argentino exige la implementación de programas de fertilización para garantizar la sostenibilidad del modelo. La aplicación de técnicas adecuadas potencia los efectos sobre la cosecha en volumen y calidad.
En los siguientes apartados los productores y profesionales del agro pueden disponer de información actualizada. La fertilización mineral del suelo guarda las claves de una agricultura moderna y competitiva.
En términos sencillos, el fertilizante mineral es un producto inorgánico que provee a la planta de al menos un elemento químico para su desarrollo. Estos productos pueden ser sólidos o líquidos, así como simples o compuestos.
Uno de los aspectos esenciales de esta fertilización es restituir al suelo los elementos que han sido consumidos por el cultivo. Sin embargo, esta práctica agrícola debe ir todavía más allá: conservar y enriquecer la fertilidad del suelo.
La fertilización mineral además de aumentar la productividad y el volumen debe enriquecer y conservar el suelo.
Existe una variedad de presentaciones de los fertilizantes sólidos: granulados, de liberación lenta, en polvo, cristalinos y perlados. Los líquidos, por su parte, son suspensiones que se diluyen para aplicarlos de forma foliar o en sistemas de riego.
Una forma de obtención de estos fertilizantes es por el procesamiento de los minerales y rocas contentivos de nutrientes esenciales. Así se provee calcio, magnesio, fósforo, potasio y azufre, además de micronutrientes como el boro.
Por otra parte, la industria agroquímica elabora formulaciones simples o complejas con diferentes composiciones y propiedades. Por ejemplo, la industria petroquímica provee formas asimilables de nitrógeno para uso agrícola.
Vale destacar la importancia de producir fórmulas adecuadas que puedan suministrarse con las técnicas disponibles. Ello porque en términos generales los minerales deben ser derivados en formulaciones utilizables por las plantas.
Los fertilizantes minerales cumplen la función de suministrar al suelo los nutrientes que requieren los cultivos. Por otra parte, estos productos mejoran la baja fertilidad de los suelos trabajados inadecuadamente o sobreexplotados.
Existen investigaciones realizadas por el Programa de Fertilizantes de la FAO durante 25 años en 40 países que demuestran el impacto de la fertilización. Algunos datos de los ensayos arrojan aumento del 60% en la producción de trigo.
Este informe menciona que el nitrógeno sintético, por ejemplo, a mediados de los 90 intervino en la producción del 40% del suministro proteico mundial. De hecho, el proceso Haber-Bosch permitió la síntesis de amoníaco empleado en el campo.
La fertilización mineral por sus efectos a corto y largo plazo garantizan la sostenibilidad del modelo de producción agrícola inteligente.
Los efectos más evidentes son los que se consiguen a corto plazo con una fertilización mineral adecuada para atender necesidades específicas del cultivo. Entre ellas podemos mencionar:
La práctica de la fertilización mineral es fundamental para la sostenibilidad de la actividad biológica y productiva del suelo. De allí que el manejo de azufre (S), nitrógeno (N), fósforo (P) y micronutrientes tiene efectos a largo plazo:
La aplicación de un programa adecuado de fertilización mineral impacta positivamente en la productividad y en el volumen de la cosecha. De esta forma logra desarrollar una agricultura con mayor rendimiento y calidad de los productos.
El profesional del campo diseña un programa que mantenga un nivel óptimo de minerales en el suelo. Para tal fin debe garantizar que los mismos estén en condiciones de asimilabilidad y en las cantidades adecuadas para el cultivo.
En muchos casos, se aplican modelos de fertilización equilibrados o combinados con abonos orgánicos. El mejoramiento de las condiciones del suelo después de cada cosecha es la clave para garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola.
Un aspecto que debe ser evaluado permanentemente es el balance equilibrado de los nutrientes del sustrato. Vale acotar que la deficiencia de un elemento marcará el tope del rendimiento de la cosecha.
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La fertilización mineral cumple la función de satisfacer las demandas más importantes de los cultivos sobre el suelo. De allí que los profesionales del agro deban prestar atención a los estudios de suelo para atender tales necesidades.
El desarrollo pleno del cultivo, su rendimiento en términos cuantificables y cualificables dependen de una adecuada fertilización. Por otra parte, su cuidado permanente garantiza la sostenibilidad de las futuras campañas.
Contar con el apoyo de una empresa de servicios agrícolas como AgroSpray garantiza la implementación de las mejores prácticas agrícolas.
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