En esta nota tomaremos el caso del Olivo. Las enfermedades, malezas y las plagas constituyen los elementos a controlar para lograr altos rendimientos en la cosecha. Para alcanzar el éxito hay que planificar y ejecutar con eficiencia los planes fitosanitarios, logrando maximizar los recursos.
Para lograr el éxito, no tan solo es cuidar la nutrición del cultivo, sino acompañarlo con un manejo eficiente respecto al control de malezas, plagas y enfermedades antes de la implantación del cultivo, siguiendo durante el ciclo para culminar en cosecha, siendo fundamental las aplicaciones de fitosanitarios.
A continuación se detallan aspectos a considerar para lograr un cultivo exitoso.
Spilocaea oleagina puede crecer a lo largo del año en hospederos perennes. El inóculo proviene de hojas ya infectadas que han pasado el invierno en los árboles. Hay uno o dos periodos principales de infección: durante el otoño e invierno o en primavera y principios de verano o en ambas estaciones, dependiendo de las condiciones ambientales locales y del crecimiento estacional de los árboles.
En el haz de la hoja se observa manchas circulares, de entre 1 a 10 mm. de diámetro de color gris oscuro (esporas del patógeno) rodeado de una halo característico amarillento, este puede estar ausente en otoño – invierno. Los síntomas dependen del cultivar afectado, la edad de la lesión y condiciones ambientales en que se desarrolla.
En frutos en crecimiento provoca deformación y manchas oscuras, en frutos desarrollados se presenta verde con tonalidades marrones por la presencia del hongo.
Afecta hojas, pecíolos, pedúnculo y frutos. Los ataques severos producen desfoliación y en consecuencia debilitamiento y reducción de la productividad.
Medidas culturales: Se recomienda ventilación de los árboles, como poda selectiva o marcos de plantación que eviten copas densas o muy juntas. Otro factor que influye es el estado nutritivo de la planta, exceso de nitrógeno y déficit de potasio. Se recomienda usar variedades menos susceptibles o resistentes.
Tratamientos Fitosanitarios: Por su eficiencia y persistencia se utilizan los productos cúpricos o las mezclas de estos con fungicidas orgánicos (ditiocarbamatos, ftalimidas, etc.).
Ataca solo frutos penetrando por heridas producidas por cualquier causa, es un hongo resistente ya que puede actuar con humedades ambientales entre el 40 y 50 % con temperaturas mayores a 25 ºC. Algunas variedades suelen detener el ataque rodeándolo con capa de súber; el hongo penetra en el tejido entre 1 y 2 milímetros.
En frutos se presentan manchas necróticas circulares, aproximadamente de medio centímetro.
El hongo se extiende por todo el fruto, deshidratándolo y arrugándolo en forma parecida al ataque en las aceitunas jabonosas (Gloesporium olivarum).
Los tratamientos fúngicos llevados a cabo para el Repilo contribuyen indirectamente a limitar el ataque de este patógeno.
Se transmite por insectos que se alimentan del Xilema. Amplio rango de hospedantes (más de 300 especies).
La bacteria es capaz de moverse y multiplicarse en un amplio rango de hospedantes, pero causa enfermedad en muy pocos.
Insectos vectores: Que se alimentan del xilema en forma persistente en el adulto.La bacteria se multiplica en la cutícula del intestino anterior (foregut), por lo que la infectividad se pierde con las mudas. No tiene período de latencia No tienen transmisión transovárica.
Quemado de la hoja del olivo: decaimiento lento; coloración verde mate, enrollado y necrosis de las hojas; defoliación parcial muerte de brotes y ramas y aún de la planta.
Declinamiento: ramas con hojas secas en el extremo, y hojas basales con el ápice necrosado (punta de flecha).
Resistencia o tolerancia de los cultivares.
Erradicación: eliminar plantas sintomáticas del patógeno.
Disminuir el inóculo: poda de ramas afectadas.
Evoluciona por sectores de la planta, produciendo la necrosis de ramas hasta producirse la muerte del árbol. Puede manifestarse como síndrome de “decaimiento lento” y apoplejía. Aparece a comienzos de la primavera.
Restos de tejidos infectados (ramas, hojas secas), empleo de plantines infectados, empleo de suelos contaminados, a través del agua de riego; viento, herramientas de labranza, etc.
Las hojas se tornan castañas, se abarquillan y quedan adheridas a las ramas.
Búsqueda de variedades tolerantes, uso de plantines sanos de vivero y disminución del inóculo.
El éxito de un cultivo no radica sólo en la siembra, sino, en el seguimiento del mismo, manejando aspectos tales como nutrición, plagas, enfermedades y malezas, que confluyen en el éxito o fracaso del mismo.
Empresas como AgroSpray brindan servicios agrícolas acordes con las exigencias de los problemas. Queda entendido que desde las fases previas al cultivo se requiere asesoramiento profesional, insumos y servicios integrales.

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