La aplicación de fitosanitarios es una tarea que conlleva el uso de productos que no son inocuos, por eso deben ser utilizados de manera responsable y solamente para el fin que fueron creados: proteger los cultivos de plagas, malezas y enfermedades para poder producir alimentos en cantidad y calidad.
El uso responsable de los agroquímicos cuida la salud de la personas y del medio ambiente y se lleva a cabo antes, durante y después de la aplicación de los productos.
Para poder realizar aplicaciones de fitosanitarios es necesario de una capacitación previa, la cual debe ser aprobada. También, se debe estar inscripto en el Registro de Aplicadores Terrestres.
Un elemento obvio pero fundamental es contar con máquina pulverizadora, la cual debe estar aprobada para su uso mediante una inspección realizada por un asesor técnico habilitado.
Las responsabilidades del aplicador implican, dependiendo del cargo que ocupe, desde actividades previas a la aplicación, actividades durante la aplicación y actividades posteriores a la aplicación.
Se enumeran algunas de las mismas:
Existen diferentes riesgos debidos a la mala aplicación de productos fitosanitarios. No todos ellos involucran síntomas de toxicidad o riesgos para la salud. A continuación se enumeran algunos de los riesgos existentes.
Existen riesgos debido a una mala aplicación de fitosanitarios como resistencia de malezas o daño al cultivo.
El control químico de malezas se realiza interrumpiendo el crecimiento o inhibiendo por medio de sustancias de origen natural o químico que actúan sobre la planta provocando su muerte.
Sin embargo, una mala cobertura o aplicación fuera del rango recomendado tiene consecuencias como la persistencia de las malezas y que estas compitan con el cultivo por nutrientes, espacio y luz, y el posible riesgo de desarrollo de resistencia.
La resistencia es la capacidad de las malezas de sobrevivir a un tratamiento con herbicida y además es heredable.
El daño más común por herbicidas en las plantas es la toxicidad y tiene muchas causas que implican manejo del producto y la aplicación. Las causas más comunes del riesgo de toxicidad son:
Hay dos tipos de daño por aplicación directa, el primero es el traslape que consiste en un mal recorrido del tractor al dar vuelta y pasar dos veces sobre el mismo surco o cama de siembra.
El segundo es cuando se aplica directamente sobre el cultivo pero la etapa no es la adecuada por lo que la aplicación debe ir dirigida evitando tocar las hojas.
El cálculo de la dosificación en las aplicaciones tiene su importancia sobre la cantidad de ingrediente activo que actúa en el área de cultivo.
Dependiendo del herbicida algunos son de fácil desintegración ya sea en el aire o suelo por medio de microorganismos. Sin embargo algunos que poseen actividad en el suelo tienen mayor permanencia.
Se deben respetar los intervalos entre siembra de cultivos puesto que si el producto que se usó el ciclo pasado sigue activo y el cultivo a sembrar es susceptible se generan pérdidas importantes.
Las contaminaciones no solo afectan al ambiente. Después de la aplicación se deben eliminar todos los residuos del equipo, especialmente los de herbicidas que no son selectivos pues dañan a todo tipo de plantas.
En este caso, la limpieza y mantenimiento del equipo de aspersión previene daños por residuos de productos a los cultivos, especialmente cuando el equipo se utiliza para otros fines como fertilización foliar, etc.
En las aplicaciones a campo abierto influye de gran manera el viento, pues es determinante para decidir cualquier aplicación de agroquímicos, se considera estable una velocidad de viento entre 7 y 10 km/h.
La deriva se produce cuando el viento acarrea el producto desde la zona de aplicación hasta otra no deseada donde puede provocar daños a otros cultivos, cuerpos de agua, fauna silvestre o comunidades cercanas.
Existen algunas reglas fundamentales para conseguir una aplicación de fitosanitarios de manera adecuada y eficiente. Se deben llevar a cabo todos estos de manera correcta.
Este punto se refiere a que en todo momento se debe estar consciente de lo que se está haciendo y no hacerlo de manera automática sin prestar atención.
Todo el tiempo se debe estar consciente de lo que se está haciendo al momento de realizar aplicación de fitosanitarios.
Previo al uso de cualquier producto se debe leer la etiqueta del mismo y conocer sus riesgos y metodología de uso.
Es un paso que puede resultar obvio, pero hay que tener algunas cuestiones en cuenta para realizarlo adecuadamente.
La pulverizadora es el elemento principal de trabajo y debe encontrarse en perfectas condiciones.
Los requisitos para cualquier actividad relacionada con el uso de pesticidas son:
Toda esta vestimenta es por seguridad, en un ambiente adecuado se deben evitar derrames y contacto de líquidos con el cuerpo.
La aplicación de fitosanitarios es una herramienta necesaria en los tiempos que corren para mantener las plagas por debajo del límite y así poder producir suficiente alimento para el mundo.
Toda aplicación debe ser controlada y llevada a cabo mediante reglas y protocolos de seguridad. Todo esto es para evitar contaminaciones de todo tipo o cualquier otra consecuencia anteriormente nombrada.
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