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El impacto tecnológico le brinda fortaleza competitiva a la producción argentina de trigo, girasol, maíz y soja. El desarrollo agrícola del país guarda una relación directa con la incorporación de conocimiento especializado y tecnología. 

La introducción de la agricultura de precisión en Argentina en 1996 marca un hito de incorporación de alta tecnología. Los adelantos científicos en estos años pueden verificarse por sus efectos en el incremento de superficie cultivada y productividad.

En las siguientes líneas revisaremos este impacto indudable de la tecnología en la agricultura.

Índice

Innovación e impacto tecnológico: pisando fuerte en Argentina

Hablar de innovación implica mencionar desde el apoyo satelital hasta el soporte en la Nube o las Apps del smartphone. También deben mencionarse los sensores, la ingeniería genética y el uso de drones y diversos equipos digitales.

Este impacto tecnológico en la agricultura argentina puede constatarse en el uso cotidiano de estos avances por parte de los productores. Tal conducta obedece a una convergencia entre la necesidad de ser productivo y la disposición para innovar.

Desde el primer monitor de rendimiento y la primera sembradora inteligente implementada por el INTA en 1996 el crecimiento es exponencial. Cada nuevo avance constituye un reto para incorporar dicha técnica, equipo o producto.

 

El incremento en la productividad alcanzada en tonelaje por hectárea en cultivos de cereales es un indicador del impacto.

La espectrometría satelital, por ejemplo, produce información georreferenciada de libre acceso para los diferentes actores del ciclo productivo. Existen herramientas de consulta tales como:

En 20 años aumentó la producción de soja, maíz, trigo y girasol de 34 millones de toneladas a 143 en 2019. Así, indicadores como la venta de maquinarias y equipos de agricultura de precisión también confirman el éxito de la innovación tecnológica.

La agricultura de precisión

Asesorate para beneficiarte del impacto tecnológico
Foto by Agrospray

El impacto tecnológico y la agricultura de precisión van de la mano. Uno y otro se potencian. Para poder lograr una producción extensiva de cereales, capaz de competir en el mercado global, se requiere productividad y eficiencia.

Las ventas e incorporación efectiva de equipos de agricultura de precisión son indicadores del progreso de la misma. La optimización permanente de los sistemas de producción van en proporción directa con el manejo de tales equipos.

La gama de estos incluye monitores de rendimiento, de siembra, banderilleros satelitales, equipos de dosificación variable, diversas Apps, equipos de guía automática, sensores de malezas y sistemas de cortes por sección en pulverización y siembra.

El sector requiere del apoyo de empresas como AgroSpray para obtener asesoría profesional, entre otros servicios integrales. Productos para aumentar la efectividad, Apps, dron, camioneta de pulverización son apenas una muestra de estos avances.

Tal despliegue tecnológico cumple la labor de aumentar la productividad y disminuir los costos. Así, se aprovechan los recursos para invertirlos de forma  georrefenciada donde rinden mayores beneficios.

El impacto tecnológico y su aporte a la agroindustria argentina

El impacto tecnológico permite a la Argentina ser de los pocos países capaces de proveer cereales al mercado global. El incremento en diferente proporción de cada rubro agrícola cubre el mercado interno y responde a la demanda internacional.

Indicadores como la disminución del área destinada a la ganadería y el aumento de la agrícola muestran la dinámica del mercado. Aquí, vale mencionar las ventajas de producir cereales para cubrir la demanda interna de la agroindustria.

La producción para cubrir la exigencia agroindustrial se observa en el registro histórico de producción de trigo, maíz, girasol y soja. El crecimiento de este último rubro durante años se traduce en un 52% de tierras destinadas a su cultivo.

 

El repunte de producción de soja obedece a la siembra de especies transgénicas. De esta manera se habilitaron tierras que no eran aptas para semillas no modificadas. Tecnología de punta, agroindustria y mercado forman esta ecuación.

Este incremento de la producción obedece al crecimiento de la agroindustria procesadora de aceite vegetal. Recientemente, otro importante catalizador del ciclo comercial se suma con la instalación de plantas productoras de biocombustibles.

El tipo de agroindustria nombrado demanda mayor producción de trigo, maíz, soja y girasol. En consecuencia, los productores implementan nuevas técnicas como la siembra directa y la rotación de cultivo. Así se diversifica la producción.

Logrando más con menos

El impacto tecnológico en la agricultura argentina va enlazado con la maduración de una gerencia moderna. El productor cuenta con asesoramiento de empresas de servicios para incorporar tecnología, equipos y productos con eficiencia.

El manejo de los cultivos se renueva constantemente para incrementar los rendimientos por hectárea. Por otra parte, se busca producir sin dañar el medio ambiente para alcanzar un desarrollo agrícola sostenible.

Siembra directa, rotación de cultivos, incremento de fertilizaciones, ingeniería genética, monitoreo de variables de producción, buscan aumentar los rendimientos. Una mayor productividad aumenta la rentabilidad y baja los costos fijos.

Estudiosos del tema, como Emilio H. Satorre, afirman que la transición tecnológica en la agricultura no cesa. Igualmente, caracteriza a la primera en los siguientes términos:

  • Aumento de la percepción de los procesos de deterioro ambiental.
  • Mayor conciencia de la importancia del gerenciamiento de la empresa agropecuaria.
  • Búsqueda de diferenciación de productos.
  • Búsqueda de la integración de la producción en una cadena agroindustrial y comercial.

En este último aspecto, cabe resaltar el papel cumplido por empresas como AgroSpray que conforman un engranaje en dicha integración. Tener un aliado sólido garantiza mayor productividad al implementar una agricultura de precisión.

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Photo by AgroSpray

Conclusión

El impacto tecnológico es la clave de la competitividad de la agricultura argentina.

Solamente con incorporación tecnológica se puede afrontar el reto de incrementar la productividad.

Contar con los servicios y productos de profesionales altamente especializados como los de AgroSpray representa una fortaleza para avanzar con paso firme.

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