Tips para el cuidado de los cultivos

Para poder lograr con éxito una campaña, es necesario pensar en el cuidado de los cultivos y tener en cuenta algunos aspectos importantes. Tales como labores de siembra, fertilizaciones, manejo de plagas y enfermedades.

También se debe prestar atención durante el crecimiento del cultivo para poder detectar necesidades del mismo. Al poder detectarlas a tiempo, se podrán corregir oportunamente sin efectos negativos a la hora de la cosecha.

El secreto para conseguir una buena cosecha inicia con la optimización de todas las tareas relacionadas con los pasos previos al cultivo.

Para lograr un cultivo en excelentes condiciones, se debe partir del conocimiento del suelo donde se sembrará. Se inicia determinando el tipo de suelo, a partir de allí se evalúa su fertilidad, capacidad de retención de agua, cultivos antecesores, plagas y malezas presentes.

Así como el suelo, otro factor importante al cual prestar atención antes de iniciar es el clima. Este conocimiento ayudará a tomar decisiones acertadas para elegir la fecha de siembra del cultivo.

Una vez implantado el cultivo, se debe cuidar permanentemente. Por ejemplo, programar monitoreos para evitar plagas o enfermedades que disminuyan la producción.

También el uso de agroquímicos y de sustancias que mejoran el efecto del caldo de aplicación. En Argentina, por ser un país desarrollado en cuanto a técnicas de control de plagas, es frecuente el uso de coadyuvantes para mejorar aplicaciones de fitosanitarios.

Al finalizar el ciclo del cultivo, se cosecha la producción. En este paso también intervienen tecnologías muy avanzadas para realizar la tarea de la manera más eficiente y con menor pérdida posible.

Además, durante la cosecha se recolectan datos de rendimientos importantes para poder planear la próxima campaña. Esta información es cada vez más usada por los productores. 

Siguiendo estas estrategias se consigue optimizar la producciòn. Pero, además de los anteriores, hay cinco consejos más que es importante que tengas en cuenta.

1. Distribuye correctamente las plantaciones

Al hablar de distribución de semilla, podemos asociarlo con densidad de siembra, que también es un factor importante para el cuidado de los cultivos. De igual manera hace referencia a que la distribución de cada semilla dentro del lote sea adecuada, evitando superponer semillas o dejar huecos son sembrar.

La densidad óptima varía de acuerdo a cada cultivo. En general, lo que se pretende es lograr que se capture lo más rápidamente posible el 95% de la luz incidente. Este porcentaje determina que se alcanza la máxima tasa de crecimiento.

La densidad de semillas a sembrar varía en cada cultivo debido a varios factores, como pueden ser:

• Área foliar capaz de lograr cada planta.
• Disposición de sus hojas (erectas o planas).
• Capacidad de compensación ante baja o alta densidad.

Podemos variar la densidad de los cultivos de dos maneras. Una de las opciones es cambiar la cantidad de semillas sembradas en el surco, manteniendo la distancia entre surco.

La siguiente opción es mantener la cantidad de semillas sembradas en el surco, pero variar la distancia entre un surco y otro. Este método puede favorecer la equidistancia entre planta y planta evitando el sombreo en el mismo surco. También favoreciendo lograr la cobertura del 95% más rápidamente.

2. Verifica la uniformidad del cultivo

Una vez realizada la siembra, se debe controlar que los nacimientos sean uniformes, espacial y temporalmente. Muchas veces suele prestarse atención al espaciado entre plantas, pero también es muy importante al momento en el cual emergen.

Para poder lograr un espaciado uniforme, solo se cuenta con tecnología para que lo haga correctamente. Actualmente las sembradoras cuentan con sensores que toman información y la transmiten al productor de la cantidad de semillas que van cayendo por cada surco y su uniformidad.

Manteniendo parámetros establecidos, como velocidad de avance, limpieza de la maquinaria, semilla uniforme, etc. la uniformidad en la siembra será buena.

En cuanto a la uniformidad temporal, depende en gran medida de la temperatura del suelo al momento de la siembra y de la fertilización o fertilidad del suelo. Si la temperatura del suelo es muy baja, retrasa la germinación de algunas semillas, logrando nacimientos desuniformes.

Si la fertilización no es la adecuada (falta de algunos nutrientes) también puede suceder que la germinación sea desuniforme. 

En estos casos, sobre todo en cultivos que no compensan, el rendimiento se verá afectado a futuro. La merma en rendimiento se da en principio por competencia por lugar, nutrientes y agua entre las plantas, aunque sean de la misma especie.

3. Mantén vigilado el cultivo

Durante todo el ciclo el cultivo necesita ser monitoreado para evitar plagas. Actualmente existen alarmas de presencia de insectos, que ayudan al productor a mantenerlo atento ante probables ataques.

Una forma de estar atento también es conocer el ciclo de las plagas y su clima ideal de proliferación, para que cuando este se de, poder frenar a tiempo el ataque. También existen alarmas de este tipo, sobre todo para enfermedades.

Durante el monitoreo de los lotes se debe tomar nota y llevar un archivo de cada lote por separado con las plagas y malezas que se encuentran. Este archivo sirve para poder ver en las próximas campañas la performance de cada producto aplicado o cada decisión tomada.

4. Optimiza la luz y la temperatura

Existen dos tipos de semillas según su comportamiento a la luz al momento de germinar. Por un lado existen semillas fotoblásticas positivas, que germinan sólo si reciben luz. Y, por el otro, las fotoblásticas negativas, que sólo germinan en ausencia de luz.

La mayoría de los cultivos sembrados extensivamente en Argentina son del grupo de los que necesitan ausencia de luz para germinar (trigo,soja,maíz). Por lo cual deben ser sembradas a algunos centímetros de profundidad en el suelo y ser tapadas con tierra.

Otro aspecto importante al momento de la germinación es la temperatura del suelo. Siempre se necesita de una temperatura mínima para germinar. Si esa temperatura no alcanza, la semilla se mantiene latente por un tiempo hasta perder capacidad germinativa.

En estadios vegetativos del ciclo del cultivo, la temperatura es la que determina la tasa de crecimiento. Con temperaturas ideales, la tasa será mayor. Con temperaturas entre la base y las ideales o entre las ideales y la máxima, el crecimiento es menor.

La longitud del día o las horas de luz determinan el momento de floración para los cultivos. A los cultivos de verano se los llama de días cortos y a los de invierno de días largos.

5. Haz uso de la tecnología para el cuidado de tus cultivos

En Argentina el uso de tecnología en el campo es muy aceptado. Muchos productores están interesados en tecnificarse y optimizar tareas de la producción.

Las nuevas generaciones de productores son las que están más interesadas en estos modelos productivos, como son el uso de satélites para monitoreo de maquinaria o imágenes satelitales para monitoreo de lotes.

Todo esto es muy útil a la hora de planificar y organizar el planteo productivo. Cada productor debería tener organizada cada tarea a cumplir y en qué tiempo límite. Todo esto se puede lograr gracias a la tecnología que acorta el tiempo de trabajo.

AgroSpray cuenta con productos de alta tecnología para su uso en aplicaciones de fitosanitarios. Los coadyuvantes que ofrecen son muy utilizados para mejorar la calidad de aplicación y aumentar el control de los productos.

Esta es otra tecnología que muchas veces no se la tiene en cuenta como tal, pero lleva un gran desarrollo por detrás.

Conclusión

Llevar a cabo un cultivo no es nada fácil, se deben tener en cuenta muchos factores previos, durante y al finalizar el cultivo. A medida que uno se empapa en la información y ajusta tareas y modos de trabajar, se va simplificando un poco todo.

Cada cultivo lleva su cuidado y cada campo tiene sus tareas a realizar, pero está claro que en Argentina, el cuidado de los cultivos es algo importante y muy tenido en cuenta.

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