Plagas enfermedades de la cebada
Las enfermedades de la cebada constituyen los vectores que requieren atención para controlar estas amenazas y garantizar altos rendimientos. La calidad de la producción en Argentina permite que se destine para cervecería y forraje.
La implementación de buenas prácticas agrícolas permite que este cultivo tenga un lugar en el mercado de exportación. Por ello, el incremento en la producción y el área cultivada son testimonios de su rentabilidad.
Para que puedas actualizar los aspectos más importantes sobre el tema, te invitamos a acompañarnos en esta lectura.
Índice
El cultivo de la cebada en Argentina
A partir de 1985 se incrementa el cultivo cebada en el país motivado por cambios en el contexto político y económico. Igualmente, se introducen tecnologías y nuevas variedades. Mercosur favorece la exportación de cebada y malta a Brasil.
En los noventa crece la capacidad maltera en Argentina. Por otra parte, en 2007 se aumenta el cultivo de la cebada forrajera debido a la intervención del cultivo del trigo y a las condiciones del mercado internacional.
En el 2010 se cultiva un 1,5 millón de ha. Tal avance se produce por el crecimiento de las malterías en el país. Los desarrollos desde el INTA y las universidades llevan la cebada a un nivel tecnológico del 44%, frente al 32% del trigo.
Principales plagas de la cebada
Entre las principales plagas que atentan contra la productividad de los cultivos de cebada en Argentina encontramos:
- Mosquito de los cereales (Mayetiola destructor)
- Zabro (Zabrus tenebrioides)
- Aguijonero (Calamobius filum)
El conocimiento de sus características permite a los profesionales del agro y productores establecer las estrategias de prevención y control efectivas.
Mosquito de los cereales
El mosquito del cereal pertenece a la familia Cecidomyiidae. Este insecto de color gris oscuro alcanza una longitud que oscila entre 3 y 4 mm. Mientras las larvas presentan un color blanco, las pupas tienen un color oscuro.
Cuando los huevos eclosionan en el haz de la hoja, las larvas se desplazan para fijarse en el primer nudo. Allí completan su desarrollo y forman la pupa. Esta última se mantiene fija en el tallo hasta su eclosión.
El daño causado por las larvas se deriva de la galacturonasa contenida en la saliva inyectada en la planta. De esta forma se debilitan las hojas y las espigas pierden peso y tamaño.
Zabro
El zabro es un coleóptero que presenta un color castaño en sus inicios y luego se trona negro. Tiene una longitud que oscila entre los 12 y 18 mm. Cumple con tres estadios durante su desarrollo, siendo la primera la más perjudicial.
La larva del zabro se reconoce por el tórax y el abdomen blanquecinos con cabeza, patas y placas de color castaño. Suelen aparecer a comienzos del otoño y devoran las primeras hojas, lo que afecta la instalación apropiada del cultivo.
Durante el mes de abril pasa al estadio de Crisálida y en la segunda quincena de mayo aparece el adulto. Este último actúa sobre los granos pero su daño es menos importante.
Aguijonero.
Este coleóptero cerambícido alcanza una longitud entre 5 y 11 mm. El adulto se reconoce por su color negro mate con pelos pubescentes de color gris amarillento. Sus antenas pueden duplicar el largo del cuerpo.
Recibe el nombre de Aguijonero porque su acción perjudicial deja el tallo dispuesto con forma de aguijón. La larva tiene un cuerpo blando que mide entre 10 y 15 mm. Se le reconoce porque tiene la cabeza con forma de huevo y aplanada.
La hembra deposita un huevo en cada incisión que realiza en el tallo con sus mandíbulas, llegando a poner unos 200 huevos. La acción de las larvas produce galerías dentro del tallo que debilitan la zona de desarrollo de las espigas.
¿Cómo combatirlo?
El control de las plagas y enfermedades de la cebada se logra con la implementación de técnicas adecuadas de cultivo. El muestreo constante de los lotes y la debida evaluación del nivel de daño determinarán las decisiones a tomar.
Acciones preventivas:
- Retirar la paja del terreno
- Enterrar los restos del cultivo
- Realizar labores de volteo
- Implementar un programa de rotación de cultivos
- Usar implementos mecánicos para eliminar el ricio
- No realizar siembras precoces
Debe resaltarse que estas medidas preventivas tienen prioridad como medida de control. La intervención con fitosanitarios debe realizarse con el debido asesoramiento profesional y con el apoyo de los coadyuvantes adecuados.
Enfermedades de la cebada.
Las enfermedades de la cebada son principalmente de carácter fúngico. Las variedades de granos destinados a la industria cervecera son muy sensibles a sus efectos. Entre las principales patologías podemos resaltar:
- Oídio (Erysiphe graminis, Blumeria graminis)
- Rincosporiosis (Rhynchosporium secalis)
- Helmintosporiosis (Helminthosporium sativum, Helminthosporium teres)
Por su impacto en este cultivo, abordaremos esta última enfermedad con detalle.
Helmintosporiosis
Entre las enfermedades de la cebada resaltan la helmintosporiosis rallada y la reticular, causadas por Helminthosporium sativus y Helminthosporium teres respectivamente.
En ambos casos se transmite por medio de la semilla, pero en el segundo también lo hace por los rastrojos y restos de la cosecha. En el primero se manifiesta con manchas alargadas mientras que en el segundo lo hace con manchas multiformes.
Afecta el crecimiento de la planta y puede impedir el espigado. El rendimiento merma en al menos un 20% cuando hay una infección temprana.
¿Cómo combatirlo?
La prevención de las enfermedades de la cebada se logra con:
- Implementación de una adecuada rotación de cultivo
- Uso de semilla certificada
- Retiro y entierro de los restos de cosecha
- Evitar el exceso de fertilización nitrogenada
En el caso de que la enfermedad alcance el UDE, debe aplicarse los fitosanitarios y coadyuvantes indicados para erradicar la amenaza.
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Conclusiones
El desarrollo de este rubro como cuarto cultivo argentino se logra por el aprovechamiento de factores contextuales e innovación tecnológica. Este último brinda los adelantos para el control de las plagas y enfermedades de la cebada.
El incremento de la productividad depende de la aplicación de buenas prácticas agrícolas y la incorporación de la mejor tecnología. Para ello, los productores cuentan con el mejor asesoramiento de las empresas de servicios agrícolas.
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